En nuestra comunidad autónoma, Castilla y León, la industria agroalimentaria tiene un carácter estratégico que reside en ser un pilar básico de crecimiento industrial y en ser elemento de desarrollo territorial y, por lo tanto, también, de lucha contra la despoblación.
Los municipios que componen la franja territorial entre Toro y Cuéllar, a lo largo de la carretera autonómica CL-602 no son ajenos a la importancia de esa industria agroalimentaria, llegando a sumar más de 200 empresas del sector agroalimentario.
Esta circunstancia lleva a la constitución en 2021 de la Asociación Corredor Agroalimentario Espacio 602 por parte de los ayuntamientos de Alaejos, Castronuño, Cuéllar, Íscar, Mata de Cuéllar, Medina del Campo, Nava del Rey, Olmedo, Pedrajas de San Esteban, Pozal de Gallinas, Sanchonuño, San Cristóbal de Cuéllar, Toro, Vallelado, Villafranca de Duero y Villaverde de Medina, pertenecientes a las provincias de Segovia, Valladolid y Zamora, con el objetivo de sumar esfuerzos y llevar a cabo acciones conjuntas en busca de un espacio común que repercutirá positivamente en varios aspectos:
- empleo: creación, formación y especialización
- riqueza económica,
- sinergias empresariales,
- desarrollo tecnológico,
- fiscalidad,
- reforzamiento del sector agroganadero,
- especialización de empresas auxiliares,
- impulso del sector servicios,
- cohesión territorial, despoblación y deslocalización
- identidad cultural.
- actividades logísticas,
- internacionalización,
- agenda 2030 – aplicación ODS
Espacio 602 nace con la vocación de incorporar empresas, organismos e instituciones que entiendan que su colaboración pueda aportar crecimiento y consolidación al proyecto.
La industria de la agroalimentación sigue teniendo mucho peso en la economía española. Resulta significativa su capacidad para generar empleo. Es uno de los sectores que tira de otras actividades, como las de transporte, almacenamiento, o comercialización. Es una actividad con un gran dinamismo en la exportación y está implantada en casi todo el territorio nacional. Por otra parte, está íntimamente ligada con el sector agrícola. La innovación está influyendo mucho en la transformación de esta actividad, especialmente en temas de automatización y calidad. Esta última muy relacionada con la preocupación por la nutrición y la salud. La exportación y competencia con otros países, así como los cambios en los hábitos de consumo hace necesario destinar recursos a conseguir una mejor conservación de los productos y mayor duración de los envases, lo que incide directamente en la necesidad de inversión en tecnología.
Partiendo de la voluntad decidida de los municipios, se trata de iniciar un plan de trabajo para construir el concepto de corredor, para crear un nuevo escenario, un nuevo catalizador de ámbito territorial y regional, que amplifique y supere los recursos y potenciales que ya existen a nivel local. No se pretende descubrir su territorio, sino percibirlo de otra manera, como un corredor de flujos de personas, mercancías, conocimiento y energía generador de riqueza y vida y conectado en redes globales, teniendo en cuenta además las «tres C» que articulan a un Corredor Agroalimentario de éxito, que son: “conectividad”, “competitividad” y “sentido de comunidad”.